Las hormigas no tienen pulmones, sus cuerpos son demasiado pequeños para albergar este tipo de sistema respiratorio. A diferencia de nosotros, no usan la boca y la nariz para respirar, de hecho, ni siquiera tienen nariz, sino que tienen una serie de agujeros a lo largo de su cuerpo denominados espiráculos.
Aprovechando la transparencia de ejemplares jóvenes de la hormiga Plagiolepis schmitzii, de tan sólo unos 2mm, voy a mostrar en las siguientes imágenes parte del sistema respiratorio de las hormigas.


Las hormigas, respiran a través de un sistema ramificado de tubos denominados tráqueas (tr) y traqueolas (trl).
Los troncos traqueales principales (tt) se conectan al exterior mediante aberturas emparejadas denominadas espiráculos (es) a través de los que inhalan aire y expulsan dióxido de carbono.
Los espiráculos están ubicados lateralmente a lo largo del tórax y el abdomen. El flujo de aire está regulado por pequeños músculos que operan una o dos válvulas en forma de aleta dentro de cada espiráculo, que se contraen para cerrar el espiráculo o se relajan para abrirlo.
De los troncos traqueales, salen unos pequeños tubos con terminaciones ciegas denominadas traqueolas (trl) . Estos suministran aire que es intercambiado por los tejidos.
En algunas zonas, las delgadas paredes de las tráqueas se dilatan formando sacos de aire (sa) , que sirven para aumentar el volumen de aire desplazado durante los movimientos respiratorios.
